Instituciones políticas en yoga

 

El pasado mes, la Yoga Alliance anunció una nueva política sobre “la terminología del yoga terapéutico” lo que crea un nuevo precedente muy significativo. La falta de cualquier debate público o transparencia en el proceso ha hecho más difícil discernir la razón exacta por la que se necesita esto y qué propósito tiene. Puede que precisamente esto explique por qué aún no se ha recibido casi ninguna respuesta de profesores de yoga hasta ahora. O, lo que es más probable, la gente está demasiado desconectada de la política como para que les importe.

Unos días antes del anuncio oficial, recibí un email de Andrew Tanner, el portavoz oficial de la Yoga Alliance, diciéndome que algo muy grande estaba por llegar y preguntándome si quería grabar un podcast sobre eso. Por supuesto que lo hice, así que establecimos una hora para el día siguiente. En esa conversación, aprendí por primera vez que la Yoga Alliance había decidido limitar el lenguaje que a un profesor de yoga se le permite usar en el perfil de la página de Yoga Alliance. Basándose en asesoramiento legal, la organización creyó necesario asegurarse de que nadie use el registro en la YA como una certificación en yoga terapéutico.

La preocupación es que cierto lenguaje hace a la YA responsable de potenciales demandas médicas. Según un artículo de la ley 360, es sólo una cuestión de tiempo antes de que los pleitos empiecen a llegar. La Yoga Alliance decidió seguir adelante con el juego y creó criterios para un lenguaje que no está permitido y una lista de alternativas recomendadas. Las restricciones se aplican no sólo en el término “yoga terapéutico” sino también en frases relacionadas que pueden sugerir que el profesor pueda diagnosticar y/o tratar una condición de salud mental o física. Por ejemplo, el equipo legal de la Yoga Alliance determinó que el “yoga terapéutico” es un problema, pero “yoga orientado a la terapia” no lo es.

“La terapia del yoga es el proceso de fortalecer individuos para progresar hacia una salud y bienestar mejorados a través de la aplicación de la enseñanza y la práctica del yoga.” – Definición del yoga terapéutico por la Asociación Internacional de Terapeutas del Yoga.

El problema principal es que nunca nadie ha sido capaz de distinguir entre el yoga y el yoga terapéutico. Aunque ha habido intentos de hacer el yoga terapéutico más específico al tratar con condiciones médicas, la definición oficial se ha resistido siempre a limitar la profesión a una aplicación clínica. Eso es porque incluso en el mundo de la terapia del yoga, expresado en el idioma de la investigación y lo académico, amenudo el trabajo real es más intuitivo que científico. El proceso de transformación que es la curación a través del yoga no se presta por sí mismo a la estandarización y no hay diferencia entre los modelos normativos y los basados en procesos. Pero si tomamos la definición oficial delIAYT (Asociación Internacional de Terapeutas del Yoga), todos los profesores de yoga de verdad proporcionan esencialmente terapia del yoga.

Lo que hace que el yoga sea terapéutico o no, o si el hecho de manifestarlo constituye una demanda ilegal no está claro. Si yo reivindico ayudar a atajar algo para lo que los médicos no tienen muchas respuestas, digamos dolor en la espalda o estrés, entonces sigo manteniéndome a salvo bajo el amparo de “salud y bienestar holístico”. Pero si digo que el yoga puede curar la fibromialgia o hernias de disco entonces puede que esté pasando por encima de la Asociación de Médicos Americanos. Y, en el pasado, esta asociación fue detrás de modalidades de curación alternativas emergentes que invadieron su territorio. Por supuesto, esto es profundamente irónico dada la cantidad de médicos que recomiendan las clases de yoga a sus pacientes sin distinguir entre aquellas que están orientadas a la terapia y aquellas que no.

Dejando a un lado la falta de transparencia de la YA, y debates legítimos sobre los méritos de las normas de la YA y la credibilidad de sus programas de formación de profesores, la razón de ser de esta nueva política tiene poco que ver con el yoga y mucho que ver con la política.

Muchos compañeros que pagan cuotas anuales a la YA a menudo se preguntan por qué, cuando parece que la organización no hace nada por ellos. La realidad es que el registro no fue diseñado para servir a estudios o profesores de yoga, sino para “el bien público”. La Yoga Alliance no es sólo una organización sino dos: consiste en el registro (501-C3) y beneficios de afiliación (501-C6).

Tengo que admitir que me irrita un poco tener decisiones sobre la formación del yoga y el bien público traídas en una caja negra y soltadas sobre los profesionales de la industria afectándonos muy duramente la mayor parte de las veces.  Encuentro este precedente muy inquietante. Es cierto que no soy un experto en leyes pero es difícil creer que si me fueran a demandar, el decir “terapéutico” u “orientado a la terapia” en mi sitio web marcaría una diferencia. Además, si adopto el lenguaje de la YA y aún así me denuncian, no hay razones para pensar que la YA fuera a venir en mi defensa. Mientras que muchos profesores de yoga son capaces de trabajar bien sin registrarse en la YA, cada vez más sitios lo piden como requisito y es una verdad innegableque los centros de yoga con programas de formación de profesores no pueden ser viables si no están dentro del sistema de la YA.

¿Qué significa realmente todo esto para los profesores y los estudios de yoga?

La única cosa buena que la Yoga Alliance está haciendo por la comunidad del yoga, para no infravalorarla, es no posicionarse contra la regulación del yoga del gobierno. Este es un disputado problema pero la mayoría de los de dentro entienden que esa regulación de fuera de la industria no va a hacer que el yoga sea más seguro ni va a impedir que la libertad individual de los profesores les haga llevar a cabo su trabajo como ellos crean que es mejor. El hecho es que si la YA va a luchar contra la intervención del gobierno bajo el pretexto de que la industria se autorregula no pueden pretender que promuevan reclamaciones médicas ilegales al mismo tiempo.

Para la mayoría de los profesores y estudios de yoga que no estén trabajando bajo una orientación terapéutica, nada de esto importa mucho ahora. Si no has sido marcado por una infracción del lenguaje entonces puede que ni siquiera lo hayas notado. No obstante, la YA ha estipulado un lenguaje específico para distinguir lo que los RYT (profesores de yoga registrados) y los RYS (estudios de yoga registrados) hacen en el yoga terapéutico. Y si quieres registrarte, tienes que aceptarlo a pesar de las ambigüedades. Ya no se puede pretender que la YA sea intrascendente. Ahora la YA es oficialmente “el hombre”. Podemos elegir jugar a la pelota o arriesgarnos a sobrevivir al margen. Pero si la historia nos ha enseñado algo,  una vez que ha salido a la luz, hay que pagar los platos rotos.

Escucha mi conversación con Andrew Tanner:

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J. Brown

J. Brown is a yoga teacher, writer, and founder of Abhyasa Yoga Center in Brooklyn, New York. A teacher for 15 years, he is known for his pragmatic approach to teaching personal, breath-centered therapeutic yoga that adapt to individual needs. His writing has been featured in Yoga Therapy Today, the International Journal of Yoga Therapy, Elephant Journal and Yogadork.